Aquí estoy escribiendo de nuevo porque creo que es una de las
formas en las que puedo resistir esta cuarentena y esta vida que nos ha tocado
así en estos momentos.
Claro prefiero esto a la
Segunda Guerra Mundial o Berlín en Guerra Fría...
Estoy avergonzada de ser
chilena, sí, lo dije y que? Creo que las personas que nos "representan" en estos
momentos están enfermos de la cabeza o de verdad viven una realidad paralela,
no saben que existen lugares donde la gente vive rodeada de la basura, sin
alcantarillado y sin un sistema de salud los acompañen.
No puedo entender que además de
avergonzarme las personas que son la "cabeza de Chile" como el
presidente Piñera y el ministro de salud que no quiero ni escribirlo, me
averguencen además personas de la televisión que también se conocen afuera! Don
Francisco pidiendo, rogando! que la Teletón se haga igual, si nadie tiene
dinero!Mucha gente no tiene como trabajar, otros trabajan pero van asustados a
la pega de que los puedan contagiar o incluso llegar al trabajo y que los
despidan.
Es terrible en plena crisis que
quieran darle el si a la Teletón y no nos quieran dejar hacer el plebiscito, en
estos momentos los odio a todos.
Lo bueno es que no me siento
tan asustada porque viene el fin del mundo, reconozco que antes era creyente,
un poco obligada por mis cercanos, pero ahora no creo en dios, no ese dios
canuto y que no permite a los gays casarse.
Ahora creo en mí, en realidad
no sé bien en que creo pero si estoy tranquila que no vienen los 4 jigentes de Apocalipsis.
Cuando ando positiva pienso que esto pasará, como pasó en China y
el próximo año habrá una vacuna para esto y que no es la primera vez que ocurre
una pandemia en esta Tierra, que en la actualidad hay muchos científicos trabajando
en las curas de estas enfermedades nuevas que salen de manera natural y de
manera artificial.
Da para mucho hablar de esto, de las conspiraciones y de que fue
el mejor momento para el gobierno chileno que haya llegado el virus al país.
Sigue escribiendo y aún los odio a todos.
Sigo pensando que voy a hacer cuando las provisiones se acaben.
Aun así no me arrepiento de haber tomado la decisión de
independizarme y vivir de narrar.
Me gusta narrar historias, siempre me ha gustado y no dejaré de
hacerlo nunca.
Así como de escribir, porque alguna vez una abuelita me dijo: No
dejes de escribir.
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